Por: Adrián Palma
Francisco Tárrega “El Sarasate de la guitarra”, una figura icónica en la historia de la guitarra clásica, dejó un legado perdurable que ha influido en generaciones de músicos. Su vida, su obra y su técnica han sido objeto de estudio y admiración por parte de músicos y aficionados por igual. En este espacio, exploraremos la vida y el legado de Francisco Tárrega, destacando su contribución a la música, su papel como pionero en la guitarra clásica y un par de curiosidades de su vida.
Francisco Tárrega nació el 21 de noviembre de 1852 en Villa-real, España. Esto es en pleno Romanticismo Musical, tanto la guitarra como la música romántica ya contaba con características y rasgos estilísticos bien definidos, como ser el individualismo artístico, el nacionalismo, la expresión emocional, el virtuosismo, expresividad y Tárrega se apropia de cada uno de estos rasgos característicos.
Desde una edad temprana, mostró un talento innato para la música. No obstante, hubo un evento que marcaría su vida y carrera profesional, su padre decidió que se dedicara a la música para que tuviera de qué vivir debido a un accidente que tuvo, cayó a una acequia o zanja, y debido a la contaminación de estas en esos tiempos tuvo problemas de vista hasta el punto de casi perderla. En el momento del incidente estaba siendo cuidado por una joven, lo cual generó el rumor de que no aguantaba más al pobre niño Tárrega y sus lloriqueos, especulación que se hace más creíble por la desaparición de esta joven que cuidaba de él.
Su familia se muda a Castellón para que el niño pudiera desarrollar un estudio musical. Al poco tiempo de haber llegado a la Ciudad sufren la pérdida de la madre de la familia y es ahí donde Tárrega y sus hermanos empiezan a pasar más tiempo en la calle, es ahí donde Tárrega conoce a Manuel Gonzales, un guitarrista ciego que solía tocar afuera de la marina, quién le enseñaría sus primeras lecciones de guitarra. En 1862 con tan solo alrededor de 10 años, comenzó a estudiar guitarra con el maestro Julián Arcas luego de que este lo escuchó en un concierto, sentando las bases de su brillante carrera futura. El problema es que Julián vivía en Barcelona, y su familia no era muy pudiente y tuvieron que usar todo su dinero para mandarlo a estudiar, el problema fue que Julián Arcas no contaba con que debía cumplir con una gira de conciertos cuando se comprometió, y el pequeño Tárrega se quedó solo y sin dinero en esa gran ciudad, y tuvo que ir de vuelta a las calles a tocar. La gente se dio cuenta de eso y localizaron al padre del niño, volvió a reunir el dinero para el viaje, esta vez vendiendo sus pertenencias debido a que no eran opulentes. Pero una vez más, se quedaron sin dinero y el niño tuvo que volver a las calles a tocar para reunir el dinero para su regreso y el de su padre.
Durante su juventud, Tárrega viajó por toda España, actuando y perfeccionando su arte. En 1874, se trasladó a Madrid, donde continuó sus estudios musicales y se ganó el reconocimiento como virtuoso de la guitarra. Su carrera despegó aún más cuando se trasladó a Valencia en 1880 y se convirtió en profesor en el Conservatorio de Música. Fue en Valencia donde Tárrega desarrolló su estilo distintivo y revolucionario, influenciado por la música española y las técnicas de interpretación contemporáneas.
El Alhambrismo
El término «Alhambrismo» se refiere a la influencia de la arquitectura y el arte de la Alhambra, una famosa fortaleza y palacio en Granada, España, en la obra de Tárrega. La Alhambra es conocida por sus intrincados diseños, arcos, patrones geométricos y elementos ornamentales. Tárrega incorporó estos elementos estilísticos en sus composiciones para guitarra, creando piezas que evocaban la elegancia y la belleza de la Alhambra.
Algunas de sus composiciones más conocidas que reflejan la influencia del Alhambrismo son «Recuerdos de la Alhambra» y «Capricho Árabe» Obras que escribió después de haber realizado un viaje al norte de África con otro compositor y haberse juntado a tocar con los músicos locales de la zona. «Recuerdos de la Alhambra» es especialmente famosa y se caracteriza por sus delicadas líneas melódicas y el uso de la técnica tremolo, que crea un efecto de repetición rápida de notas.
La contribución de Francisco Tárrega al repertorio de guitarra clásica es vasta y diversa. A lo largo de su carrera, compuso numerosas obras que han pasado a ser fundamentales en el repertorio estándar de la guitarra clásica. Algunas de sus obras más destacadas incluyen «Recuerdos de la Alhambra», «Capricho Árabe», «Lágrima», «Adelita» y «Marieta». Estas piezas exhiben la maestría técnica y la sensibilidad musical de Tárrega.
Transcripciones
La contribución de Francisco Tárrega al repertorio de guitarra clásica es vasta y diversa, fue un aficionado de transcribir obras de Pagannini, óperas el (Ave María de Verdi), zarzuelas, romanzas de Mendelssohn, Sonatas de Beethoven, marcha fúnebre de Thalberg, transcribió obras de su principal maestro de guitarra (Julián Arcas) y otras obras de gran dificultad para piano de distintos compositores. Como es el Nocturno Op. 9 n. 2 de Chopin, en el que hace una cadenza totalmente diferente para que sea apta para el instrumento, llena de ligados, una mano izquierda con la suficiente presencia para actuar sola, etc.
Composiciones
Su repertorio inédito no es el más prolífico que digamos. Sin embargo, a lo largo de su carrera, compuso numerosas obras que han pasado a ser fundamentales en el repertorio estándar de la guitarra clásica con alto contenido artístico y de suma relevancia para la guitarra. Algunas de sus obras más destacadas incluyen «Recuerdos de la Alhambra», «Capricho Árabe», «Lágrima», «Adelita», “Gran vals” y «Marieta». Estas piezas exhiben la maestría técnica y la sensibilidad musical de Tárrega, y continúan siendo interpretadas y estudiadas por guitarristas de todo el mundo. Y una recomendación especial que traigo para esta ocasión es la pieza “Gran Jota” una pieza con uno de los más altos niveles de exigencia técnica, llevando al máximo las que ya estaban, creando nuevas, combinando unas con otras, al escuchar esta pieza una fácilmente puede llegar a pensar que en sus manos el sonido de la guitarra no tiene límites. Es “toda una “explosión de sabores”, una de sus más fascinantes obras y de la guitarra en general.
Bibliografía:
Historia y Apreciación Musical 